27/12/2016. Muchas noches y mañanas las aceras, las superficies vegetales y los coches yacen empapados sin causa aparente por un fenómeno que, de oídas, sabemos que se llama rocío. Estas gotitas diminutas se suelen achacar, acertadamente, a la humedad y se presupone que "caen" de algún sitio, pero el proceso requiere de alguna que otra circunstancia más.